Es una sección creada para mostrar a las personas que se puede aprender a vivir con esta condición. Dentro del marco de la campaña: “Inclusión de personas con epilepsia tratable». En este caso, la palabra la tomaron los hombres. Sin embargo, sabemos que las mujeres también tienen mucho que decir y les invitamos a comentar sus vivencias.

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Este 2022 cumplo 10 años desde que me diagnosticaron epilepsia (23 de marzo para ser exactos). Mi tipo de epilepsia es mioclonia juvenil La epilepsia en mi vida ha tenido sus altos y bajos, si bien mi última crisis importante fue el 2013, he tenido derepente unos problemas al hablar (ciertos tartamudeos o movimientos en la boca), pero admito que mi vida a mejorado bastante si lo comparamos al tiempo previo a que me la descubrieran donde tenía movimientos improvistos de la nada. Siento que el dormir mis horas, evitar el estrés y tomarme los remedios siempre a la hora (esto último es lo que más me ha costado) a sido en parte mi gran ayuda a no tener una crisis importante hace ya casi 9 años.
– @rodpozopena –

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Comprendo perfecto la situación por que vivo con esto toda mi vida y afrontar a la vida por mí mismo fue super difícil, cuando tuve que salir de casa y buscarse el pan de cada día, luchar por mis sueños.
Varias veces tuve crisis en el bus con gente extrañas. Me trataron de drogadicto, borracho, sobredosis o actor para aludir responsabilidades laborales; muchos comprenden pero mayor son los ignorantes con maldad que te juzgan por no saber lo que es vivir con esto o tener un familiar que vive con esto. No saben lo que es salir de casa y despertar con extraños en algún hospital internado, ser acusado de no averte medicado o tomado alcohol cuando la crisis aveces se desata por estrés social o laboral. No saben lo angustiante que es cuando vez que la pastillas se están terminando y no tener dinero para comprar o recetas para poder adquirir. Así que yo te apoyo y admiro tu condición, que apesar de ello vas saliendo adelante igual que yo, gracias Dios.
– Rodrigo –

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a terminando 4to medio postulé para ingresar a pedagogía en educación religiosa, conocida como profesor de religión, en el primer semestre jugando fútbol me dio una crisis de ausencia sin saber mis compañeros que ocurrió, se asustaron y llegó a oídos del rector de la carrera sitandome y teniendo que explicarle porque no había puesto ese antecedente en la ficha de inscripción, le dije que no quería ser discriminado ni tener pena de parte de los profesores como de mis compañeros. Me dijo que era conveniente dejar la carrera ya que era mucho estrés y que buscara otra cosa en la que estudie. Le dije que no me retiraría de la carrera ya que no tenía malas calificaciones y quería tener el título de profesor que me había propuesto terminar.

Al ver mi reacción y convicción no insistió y al pasar unas semanas me llamó a su oficina y me entregó la tarjeta de un doctor amigo de él que trabajaba en la Liga de la epilepsia, lugar desconocido para mí hasta ese momento y que desde ese día sigo atendiendo ahí. Para no dejar inconclusa la historia, me titulé de profesor.

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